El Gobierno confirma que está analizando una tarjeta exclusiva para los super y se llamaría "Supercard

 El proyecto del Gobierno recibió críticas mixtas. El presidente del Banco Ciudad consideró que la iniciativa "no tiene explicación". Desde los comercios estimaron que es una idea "rara" pero no la descartaron. Confirmaron que se podría extender el congelamiento de precios Por Federico Mc Dougall

Lo que era un rumor que circulaba con fuerza fue confirmado este domingo: el Gobierno admitió por medio de la agencia oficial de noticias que analiza la creación de una tarjeta de crédito exclusiva para los supermercados.
La iniciativa, formulada el viernes por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, ya tiene incluso un nombre tentativo: "Supercard".
Según publicó Télam, los supermercados más grandes del país se reunirán para definir detalles de la propuesta.
"La idea de la tarjeta viene de hace ya bastante tiempo, debido a las elevadas comisiones que cobran los bancos", confirmó a la agencia oficial una alta fuente del grupo Cencosud (que agrupa a los supermercados Jumbo, Disco y Vea).
En la reunión con Moreno, los supermercadistas señalaron que "el 3% de comisión (que se reparten entre las tarjetas y los bancos emisores) es altísimo", con lo cual se está trabajando en esta propuesta empresaria, que apunta a una cuyo uso no tenga un costo mayor al 1%.
El plástico propiciado -explicaron los voceros- lleva el nombre provisorio de "Supercard", desmintiendo algunas publicaciones que hablaban de una extensión de la tarjeta "Argenta", gestionada por la ANSES.
La tarjeta exclusiva de los supermercados tendría respaldo de alguna entidad financiera estatal que le otorgue fondeo, como por ejemplo el Banco de la Nación Argentina.
Para justificar su proyecto, los supermercadistas señalaron que las "excesivas comisiones bancarias afectan la competitividad de los que trabajamos en blanco, con respecto a los que no lo hacen".
Según la fuente consultada, esos valores influyen en el precio de los productos, por lo cual los bancos, que son los que hoy tienen el parque de tarjetas utilizadas por los consumidores, "tendrían que revisar su negocio".
"Es importante, en este proceso que estamos viviendo donde se busca morigerar el alza de precios, que todos hagan su aporte", consideró el vocero.
Esto es, definió, "que el canal financiero no tenga tanta participación en las ventas de los supermercados".
Otro impacto financiero soportado por las cadenas minoristas se vincula a las altas tasas que hoy cobran las tarjetas de crédito en las ventas de electrodomésticos a plazos de 12 o 24 meses.
"Los intereses que cobran los bancos son mucho más altos que los que deben pagar sus clientes directos por los préstamos recibidos", cuestionó el empresario consultado.

Un proyecto que "divide las aguas"

Este proyecto del Gobierno generó apoyos y rechazos desde distintos sectores: mientras que el vocero de la Cámara de la Federación Argentina de Supermercados, Fernando Aguirre, dijo que "no ve mal" la tarjeta oficial impulsada por Moreno, el presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, calificó de "locura" la iniciativa.
El director ejecutivo de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas, Miguel Ángel Calvete, por su parte, aseguró que "no" comparte la idea de unificar en una tarjeta el pago de las compras por parte de los consumidores y consideró una "utopía" el proyecto desde el "punto de vista del mercado económico".
"Eliminar los otros medios de pago creo que no es el camino", alertó Calvete y tras confirmar la intención gubernamental de avanzar en esa dirección ("aunque el proyecto lo veo muy verde", aclaró), dijo que por la información que tenía la presidenta Cristina Fernández de Kirchner "estaba evaluando" la posibilidad de extender el control de precios.
Apoyo
En la habitual reunión que mantiene con cámaras y representantes de cadenas de supermercados, Moreno habló a sus interlocutores de su decisión de avanzar en una tarjeta de crédito para las compras en grandes comercios, emitida por el Banco Nación, que excluiría el uso de las tarjetas de otras entidades.
Consultado al respecto, Aguirre respaldó la iniciativa, luego de exponer la preocupación de los supermercadistas por el "margen que tiene que pagar los comercios" para trabajar con tarjetas de crédito.
"El margen que cobran las tarjetas en la Argentina es el más alto de la región, es decir, el margen que tienen que pagar los comercios en Argentina por trabajar con tarjetas es el más alto. Y eso afecta al comercio, especialmente al mediano y al pequeño", alertó el portavoz de la Cámara de la Federación Argentina de Supermercados.
El vocero, que también coincidió en que es "posible" que se extienda el control de precios, insistió en que si bien hay que ver "cómo se implementa, la idea (de la tarjeta) la vemos bien".
"Una locura"
Contrariamente, el titular del Banco Ciudad se manifestó alarmado por el proyecto de la Casa Rosada: "El Estado tiene que intervenir cuando hay un monopolio que puede dominar el mercado, pero no tiene que actuar cuando hay una situación de competencia".
"Es una locura. El Gobierno ya está avanzando en áreas y situaciones que no tiene explicación", insistió en palabras citadas por DyN.
Sturzenegger argumentó que el de las grandes cadenas "es un mercado impresionantemente competitivo y los bancos se sacan los ojos para ofrecer a sus clientes descuentos" en esas terminales de ventas.
Para el economista, con este proyecto de Moreno "se perjudicará al consumidor que no podrá acceder a los descuentos de las tarjetas que los bancos ofrecen".

¿Y qué dicen los consumidores?

En tanto, referentes de la agrupación Barrios de Pie afirmaron que "no está claro para qué les va a servir a los consumidores de productos alimenticios" la tarjeta de crédito única, al advertir que en los barrios más humildes ese medio de pago es una "herramienta rara" ya que "es mucho más común la libreta del almacenero".
Tras confirmar que Barrios de Pie observó un aumento de casi el 4% en productos de la canasta básica durante febrero, Isaac Rudin, coordinador de ese relevamiento, analizó que "da la impresión de ser más que todo una herramienta de discusión que intenta tener el Gobierno para tratar de imponerle a los bancos algún control de las tasas que cobran para el consumo financiado, que son exorbitantes".

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