A diferencia de otros años, esta vez los ejecutivos y profesionales recibieron sus incrementos antes de conocerse el 24% promedio que cerraron los principales sindicatos. Tuvieron una mejora del 15% y saben que los meses que vienen serán clave porque se definirán ganadores y perdedores
Por Cecilia Novoa
En 2013 los acuerdos del personal sindicalizado vinieron con delay. Finalmente, el miércoles el Ejecutivo logró que se cierren en simultáneo ocho paritarias clave (metalúrgicos, comercio, bancarios, estatales nacionales, personal de AySa, encargados de edificios, ferroviarios y empleados de la industria de la carne) con incrementos del 24% promedio.
Los fuera de convenio, en cambio, recibieron la primera cuota de los ajustes entre marzo y abril, tal como estaba previsto en los presupuestos de las empresas. Es decir, a diferencia de años anteriores, esta vez recibieron sus incrementos antes de conocerse el número acordado por algunos de los principales sindicatos.
Ellos se aseguraron una mejora promedio del 15%. En general, el primer movimiento del año suele ser homogéneo para todos los empleados no agremiados. Sin embargo, en algunos casos -de acuerdo con la criticidad del puesto- esta vez hubo alzas que llegaron al 18 e, incluso, al 20 por ciento.
Con este incremento ya en los bolsillos, pero sumamente descontentos por el alto impacto del Impuesto a las Ganancias en sus salarios, desde analistas hasta gerentes ya se preguntan si habrá una segunda recomposición -y de cuánto será- antes de que finalice el año.
Por un lado, saben que, según las consultoras que miden remuneraciones, las previsiones rondan el 24-25% anual. Pero, por otro, son conscientes de que la caída de la actividad económica está impactando de lleno en los niveles de ventas de sus empresas. Además, el atraso cambiario y la suba de los costos en dólares ha afectado la rentabilidad, por lo que el cumplimiento de esas proyecciones ahora se presenta como una gran incógnita.
A esto se suma que los bonos que acaban de pagar las compañías por los resultados del 2012 no fueron los mejores. Este es uno de los motivos por los cuales las organizaciones no se animaron a retrasar las subas a sus ejecutivos y profesionales.
Datos recientes de la consultora HuCap revelan que casi 1 de cada 3 empresas encuestadas sometió a revisión su política de liquidación de bonos producto del menor nivel de actividad económica.
"Este año ya no se cobraron los bonos por encima del target como venía sucediendo, en la misma proporción de los años anteriores. En 2012 llegar a los resultados costó bastante más y, en algunos casos, incluso no se alcanzaron. Por eso, las mejoras del salario mensual se dieron en tiempo y forma, como para no afectar aún más el ingreso de bolsillo", aseguró Florencia Deverill, managing director de de People and Change de PwC.
Las proyecciones de mejora para los fuera de convenio son similares a las subas otorgadas en 2012, es decir, de un 24 a un 25%. Sin embargo, la novedad de 2013 es que en muchos casos se particionarán en más de dos veces.
Según la última encuesta de la consultora Mercer, en el caso de los empleados no convencionados, muchas compañías optarán por repartir los porcentajes de subas fijados en sus presupuestos en tres, cuatro y hasta en cinco "cuotas".
Con esta política de otorgamiento, por un lado, las firmas van inyectando pesos en los sueldos para compensar el incremento mensual del costo de vida y, por otro, sobrellevan el alza de los costos laborales, que escalan más rápido que las subas que pueden aplicar a sus productos y servicios.
Una pirámide cada vez más chata
En paralelo, las organizaciones enfrentan otra problemática: la persistencia del solapamiento salarial, es decir, casos en los cuales los subordinados perciben salarios mayores a los de sus superiores.
De acuerdo con datos recientes de Hay Group, el 80% de las compañías encuestadas por la firma, evidencia solapamientos salariales entre el personal dentro y fuera de convenio.
"Este problema se está agravando", advirtió Oscar Banegas, gerente de Servicios de Compensación de Hay Group.
Y explicó: "Casi el 70% de las compañías venía dando el mismo ajuste salarial que se cerraba en paritarias a los no convencionados. Pero ahora, ante la baja de la rentabilidad y la competitividad, el traslado no está siendo tan masivo".
Los más afectados por este desfasaje son los niveles de supervisión, supervisores de primera línea (mayormente las áreas más afectadas son las de producción), jefaturas, administrativos y analistas.
"Si bien las empresas se estaban acostumbrando a convivir con este solapamiento, al no poder seguir con la política de trasladar los ajustes, notan que el problema se está agravando", apuntó Banegas. Y describió la foto actual: "Estamos ante una pirámide organizacional cada vez más achatada y un ambiente laboral con mayor malestar".
Tal como detallaron desde Hay Group, esta distorsión se ve reflejada en:
- Una baja en la performance y el compromiso del personal con la empresa, que impacta negativamente en el clima laboral.
- Un incremento en la sensación de frustración y/o resignación de aquellos empleados considerados críticos para las organizaciones.
- Una mayor preocupación por retener al personal clave.
- Un mayor riesgo de sindicalización del personal jerárquico.
- Los pocos beneficiados
Dentro del universo de los fuera de convenio, los que mayores chances tienen de recibir incrementos por encima del promedio son los empleados que logren un alto desempeño y, a su vez, ocupen puestos críticos para el negocio.
Así, quienes cumplan estos dos "requisitos" le sacarán unos "puntitos" de ventaja a la inflación: sus ajustes serán del 27% promedio, dándose casos en los que las mejoras superarán el 30%, según proyecciones de PwC.
"En el segundo semestre las empresas generalmente otorgan ajustes selectivos. Estos no los reciben todos, sino que son en base al mérito y a su nivel de desempeño. Claro que el porcentaje de ajuste también será en función de lo que se está cerrando en las paritarias", anticipó Deverill.
En el caso de los puestos clave, al momento de definirlos, la información que suelen utilizar las compañías es cómo y dónde está posicionado dentro de la estructura interna, explicó la experta en compensaciones.
"Como las empresas deben evitar que otras compañías se los lleven, la variable que prevalece es el valor que le asigna el mercado a ese puesto. Seguramente a estas posiciones también se les terminará ajustando por encima de la mediana", anticipó la ejecutiva.
Y si bien son los "menos", aquellos puestos clave que además estén ocupados por una persona que se destaque por su trabajo, su desempeño individual y que logre excelentes resultados, serán los que este año reciban los porcentajes más altos dentro de la grilla de incrementos.
El mercado laboral no se reactiva
Aquel "arriesgado" que pese al actual contexto económico tenga intenciones de cambiar de empleo debe saber que, en su versión 2013, el mercado laboral se presenta, cuanto menos, complicado.
Si bien quienes manejan las búsquedas laborales de las principales empresas del país ahora se muestran un poco más optimistas que durante los primeros meses del año, admiten que las contrataciones de personal no serán protagonistas en el corto plazo.
Inflación del 25%, alza de costos laborales, congelamiento de precios, cepo a las importaciones y a la compra de moneda extranjera, imposibilidad de girar divisas, y un dólar paralelo que coquetea entre los $9 y $10, se convierten en un combo explosivo que genera una alta incertidumbre y lleva a las empresas a quedarse "quietas."
Ante semejante escenario, es lógico que no se vislumbren inversiones significativas ni, mucho menos, la llegada de nuevas compañías que puedan ayudar a generar nuevos puestos de trabajo.
En este marco, el tenue movimiento que experimenta el mercado es producto de rotaciones en aquellas posiciones que son imprescindibles para el negocio, ya que, al igual que lo sucedido en 2012, si se puede evitar un reemplazo -ya sea distribuyendo tareas o tercerizando el área-, mejor.
Todo sirve a la hora de achicarse y bajar costos. Y esta parece ser la consigna autoimpuesta por el sector privado para transitar el 2013 sin mayores sobresaltos.
"Desde enero hasta ahora, un 25% de las búsquedas que ingresaron a la consultora se cancelaron porque, por razones presupuestarias, las empresas finalmente decidieron no contratar más personal", resumió la experta en reclutamiento y selección Gloria Cassano.
"Ninguno de nuestros clientes tiene pensado aumentar la dotación. Han suspendido proyectos. Por lo tanto, sólo si se reactivan, contemplarán más incorporaciones. En el 80% de los casos, de cada tres vacantes que se producen, nuestros clientes sólo cubren una sola", detalló Cassano.
E hizo hincapié en los recortes que también está sufriendo las áreas de formación y desarrollo: "De cinco proyectos que teníamos aprobados en diciembre, tres se cancelaron porque cortaron el presupuesto en capacitación."
En esta línea, desde la consultora HuCap apuntaron que "en el primer semestre, el mercado laboral se desarrolló con un nivel de oferta y demanda conservadora, y la misma tendencia vislumbramos para el resto del año. Por parte de los postulantes, hay menos intenciones de cambio; por el lado de las empresas, prefieren mantener sus dotaciones, lo que da como resultado una menor rotación".
¿Un revival de los 90?
Para el grueso de los argentinos, hoy la prioridad pareciera ser enfocarse en el cuidado de su puesto de trabajo y no arriesgarse a un cambio.
Además, está resurgiendo el miedo a ser despedido, una sensación que a los argentinos los retrotrae a crisis previas.
En abril, de hecho, el 53 % de las personas se mostraron "bastante" o "muy" "preocupadas" por la posibilidad de perder el empleo, cifra que supera en 8 puntos porcentuales los niveles registrados en marzo, según una encuesta elaborada por el área de Estudios Laborales de la consultora Poliarquía.
http://www.iprofesional.com/notas/160934-Salarios-los-fuera-de-convenio-miran-lo-acordado-por-grandes-gremios-y-esperan-un-refuerzo-para-el-segundo-semestre
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