lunes, 22 de abril de 2013
Los "despidos hormiga" se multiplican, las horas extras caen y el Estado se consolida como "la gran agencia de empleo"
Empresarios hablan off the record por temor a represalias. Lo cierto es que en varias actividades los planteles se reducen, hay más suspensiones y la conflictividad golpea la puerta de muchos sectores. Cómo se da el goteo en cada industria y el rol del empleo público como amortiguador
Por Juan Manuel Barca
Luego de que el año pasado cerrara como el peor para la economía desde el 2009, la creación de puestos laborales en el sector privado sigue sin reaccionar y los empresarios de un sector clave como es el de la industria manufacturera anunciaron que no evalúan tomar nuevos empleados ni aumentar las horas trabajadas.
Las compañías hablan de una "menor rentabilidad" y los gremios señalan que hay "algunos problemas" con el empleo, pero pocos se animan a reconocer en tiempos de campaña electoral lo que evidencia un relevamiento detallado por actividad: el año arrancó con la reducción de las horas extras, suspensiones, despidos "hormiga" y, como consecuencia, brotes de conflictividad.
"Hubo movimientos, pararon de tomar gente y notamos algunos despidos. Se siente más en mi industria y en otros lugares", reconoció a iProfesional.com Alberto Fantini, secretario de empleo de la CGT moyanista y también titular del gremio de la carne.
El sindicalista estimó que en los últimos cuatro años se perdieron 15.000 puestos de trabajo en su sector, afectado por la expansión de la soja y el cierre de exportaciones. En ese mismo período, la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina registró el cierre de 121 frigoríficos.
Más cauta, la Unión Industrial Argentina (UIA) señaló que "primero se bajaron las horas extras, luego se adelantaron vacaciones y finalmente ocurrieron algunas suspensiones".
"La lógica fue intentar no despedir trabajadores, sino mantenerlos, dado que en un período de baja de actividad no pronunciada se prefiere tomar con precaución determinadas medidas antes de llegar a la reducción de la planta", indicaron desde la entidad en uno de sus últimos informes, que mostraba una industria estancada.
La preocupación por el empleo no es casual. A fines de marzo, la Presidenta les reclamó a empresarios y sindicalistas que actuaran con "inteligencia" para "preservar lo que hemos logrado". Y en una nueva muestra de que preservar las fuentes de trabajo es una de las principales banderas del modelo, les advirtió: "Si no entienden, vamos a hacer todo lo posible para que entiendan".
Sin embargo, cuando se apagan los micrófonos y se retiran de los actos oficiales, los empresarios reconocen que hubo "algún goteo" de empleos. Esto se debe, según explican, a un aumento de la productividad vinculada con el reemplazo de trabajadores por máquinas y estimulada por la importación de bienes de capital baratos.
En la alimentación, la gigante Kraft Foods (ahora Mondelez) recortó días atrás 10 puestos de trabajo bajo contrato temporal y prevé hacer lo mismo con otras 90 fuentes laborales. La decisión generó malestar y el miércoles pasado los trabajadores realizaron un corte, en reclamo por la reincorporación de los despedidos.
Las terminales automotrices también han ajustado personal desde principio de año. Iveco (Fiat), Renault y Volkswagen en Córdoba y General Motors en Rosario se desprendieron de cerca de 120 operarios, a través de retiros voluntarios y despidos compulsivos. Esto ocurrió en medio de una caída de las exportaciones a Brasil, reclamos gremiales y un silencio de radio en un rubro que es clave para sostener el PBI industrial y por ello, uno de los más mimados en los despachos de Gobierno.
Consultado al respecto, el titular del sindicato metalmecánico Smata, Ricardo Pignanelli, señaló a este medio que el empleo es lo que "más preocupa" en su actividad. Una señal que puede ser leída como un guiño hacia la Rosada, en momentos en que el Ejecutivo les pide a los gremios que achiquen sus demandas salariales y "cuiden" los puestos de trabajo.
El dirigente que integra la CGT oficialista admitió que "algunos rubros empiezan a tener problemas" y reconoció la existencia de "despidos hormiga" aunque más limitados a la industria textil.
"Hasta ahora no se nos cayeron gran cantidad de puestos, pero no quiere decir que no estemos atentos", advirtió.
Sin ir más lejos, en los últimos días trabajadores de la autopartista Lear, de capitales norteamericanos, cortaron la Panamericana para reclamar por 16 despidos. Luego de protestar por el pago de adicionales, el pase a planta de contratados y denunciar enfermedades laborales, finalmente el jueves los cesanteados pudieron retomar sus tareas.
La situación de la metalurgia es más delicada, ante lo cual la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), liderada a nivel nacional por Antonio Caló, comenzó a denunciar despidos "hormiga" en distintas regiones del país que ya desencadenaron más de un conflicto.
A principios de abril, la fabricante de grifería Decca Piazza apagó los hornos y despidió a 140 operarios en el barrio porteño de Parque Patricios.
En Córdoba, algunas plantas continúan en estado de asamblea permanente luego de que unos 70 operarios fueran cesanteados durante el primer trimestre en las fabricantes de piezas Montich, Arteche, Materfer, Faesa, y Kunniss Tools. Otras compañías metalúrgicas, en tanto, solicitaron la apertura del procedimiento preventivo de crisis, por la caída en el nivel de actividad y problemas con la importación de insumos.
Desde la UOM cordobesa especulan que los recortes de personal están relacionados con los futuros incrementos salariales, la antigüedad de algunos empleados y costos que las firmas buscarían reducir. Pero el ministro de Trabajo delasotista y ex titular del Smata local, Omar Dragún, lo atribuye a "la mala política del Gobierno nacional".
En el polo electrónico de Tierra del Fuego, el gremio metalúrgico también denunció despidos y anunció la semana pasada un plan de lucha para que, entre otros puntos, la productora mundial de autoradios Delphi (exFamar) reincorpore a 50 de los 150 trabajadores cesanteados a principios de año.
La firma tomó esa decisión tan sólo cuatro meses después de firmar con el Gobierno un acuerdo de inversión por $9 millones para producir una línea especial que sería exportada en su totalidad a Brasil e Indonesia.
Gotas que abren grietas
El sector petrolero no fue ajeno a los problemas que experimentaron otras ramas de la industria. En los últimos meses expulsó a 200 trabajadores, en medio de la renegociación de contratos entre la operadora Pan American Energy y sus proveedoras en Santa Cruz y Chubut.
Luego de conflictos y negociaciones, la mayor parte de los despidos fueron retrotraidos. Pero lo cierto es que la actividad muestra señales contractivas a futuro: las construcciones petroleras cayeron un 12,3% en enero, según datos de la UIA.
Las luces amarillas también se encendieron en la minería, luego del anuncio de la retirada de la brasileña Vale por un problema de costos y tipo de cambio, según argumentan sus ejecutivos, que provocará la caída de 11.000 puestos, principalmente en Mendoza.
En la actividad informática, el gremio de la Unión Informática denunció el despido de 20 empleados en la multinacional líder en computadoras e impresoras HP, al eliminar la modalidad de teletrabajo para el sector de Lead Operations. IBM echó a 200 empleados en septiembre y ahora tiene previsto recortar 1.000 empleos más, según el sindicato. Y la empresa de videojuegos sociales Vostu, apuntalada en Brasil pero también con presencia en Buenos Aires, adoptó una política similar: cesanteó a 100 empleados desde que comenzó el año, lo que representa más del 50% de su nómina en el país.
Los call center, que en otros tiempos fueron considerados el motor del empleo juvenil dentro del rubro servicios, registraron en los últimos meses la pérdida de alrededor de 700 empleos por el incremento de costos y la menor demanda.
En febrero, la compañía de capitales españoles Jazzplat dejó de operar en Córdoba y echó a todo su personal, unas 159 personas. Semanas atrás la alemana Bosch cerró su centro de comunicación en la Ciudad de Buenos Aires, que ocupaba a 500 trabajadores. Y para fines de abril la empresa Next, que terceriza servicios para Cisco, prevé cerrar su cuenta Linksys y deshacerse de sus empleados, tras haber echado a 17 en marzo.
Sin embargo, el mayor impacto sobre el empleo se sintió en la construcción y en las actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler. Según los datos difundidos en marzo por el INDEC, se destruyeron 28.000 puestos en un sector y 11.000 en el otro durante el cuarto trimestre del 2012. En ambos casos, afirman que se debió en gran parte a los efectos del cepo cambiario.
Menos empleo privado
Todo estos movimientos ocurren en un contexto en el que los especialistas advierten una desaceleración en la creación de puestos y un bajo nivel de desempleo, producto de que hay menos gente que busca, antes que debido a un mayor ingreso de personas al mercado laboral.
"Como consecuencia del estancamiento de la actividad y la caída de en la inversión, en el último trimestre del 2012 se redujo la cantidad de puestos de trabajo formales en el sector privado frente al mismo período del año anterior", concluyó un informe de la secretaría de Empleo de la CGT de Moyano, al que tuvo acceso iProfesional.
No obstante, la caída en el sector privado fue compensada por la suba en el empleo público. Entre el cuarto trimestre de 2011 y el mismo período del 2012, el Estado creó más de 63.000 nuevas fuentes de trabajo y la mayor parte de ese aumento correspondió al sector público provincial.
"La planta ocupada del consolidado (provincial) se incrementó un 38% entre el 2003 y el 2011; superando al crecimiento del empleo del promedio de la economía (24%)", indicó en un informe reciente la Consultora Economía y Regiones.
Y, en la esfera Nacional, se estima que el avance de los puestos públicos fue aún más significativo y se incrementó un 41% en el mismo período, alentado en parte por la nacionalización de empresas (Aerolíneas, AySA e YPF).
"Hay un Estado que tracciona el consumo, la inversión, que mantiene el empleo y la demanda, porque de esta situación se sale no con menos Estado sino con más y mejor Estado", había señalado Cristina Kirchner.
La propia Presidenta fue la encargada de anunciar que el desempleo se ubicó en 6,9 por ciento en el cuarto trimestre de 2012, año en el que la economía nacional creció alrededor de 1,8 por ciento.
Sin embargo, en los últimos años la tasa de desempleo dejó de bajar y sólo fue mantenida en promedio en torno al 7,5% gracias a la creación de puestos públicos y los planes sociales que sumaron, entre otros, el plan Argentina Trabaja, basado en la contratación de mano de obra para la ejecución de obras a través de cooperativas.
Estas políticas, no obstante, no impidieron que se consolidara un elevado nivel en negro (35%) y un significativo aumento de la desocupación juvenil: 13,3% entre los varones y 14,8% entre las mujeres, duplicando el promedio nacional, según el INDEC.
El especialista en estudios laborales, Ernesto Kritz, asegura que la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan, también conocidos como la "generación Ni-Ni", se disparó en el 2007 y ahora suman unos 900.000. "Hay un aumento significativo del desempleo juvenil" en la última década, aseguró Kritz a iProfesional.
http://www.iprofesional.com/notas/158495-Los-despidos-hormiga-se-multiplican-las-horas-extras-caen-y-el-Estado-se-consolida-como-la-gran-agencia-de-empleo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario