jueves, 17 de enero de 2013

COTO TE MALTRATA Y TE PONE EL PSICÓLOGO PARA EL STRESS


La empresa supermercadista Coto incorporó un flamante cuerpo de psicólogos que se encarga de abordar los conflictos laborales que se producen al interior de las sucursales que reaccionan y se resisten al sistemático maltrato que se ejerce sobre el personal. Este equipo actúa de manera coordinada con la jefatura de personal, llega a las sucursales, se reúne con trabajadores señalados previamente y aplica técnicas que en muchos casos atraviesan las fronteras de sus competencias. Sus intervenciones tienen como finalidad doblegar al trabajador cuando reclama o no accede a firmar documentación perjudicial para su legajo o continuidad laboral. De repente se convierten en personas idóneas –aunque su Código de ética lo ponga en duda- para intervenir en conflictos laborales, para aconsejar despidos, traslados, aislamientos, si el trabajador no se convence que eso que le causa daño emocional y disminución de la autoestima o lo perjudica y perturba nada tiene que ver con la violencia psicológica que se aplica sobre su persona. El maltrato en Coto no casual. Cualquier trabajador de esa empresa que tenga o haya tenido el insano privilegio de participar de las reuniones de los lunes presididas por Alfredo Coto en las oficinas que la firma posee en el barrio porteño de La Paternal; sabe que ese ritual de humillaciones al que se somete al personal jerárquico, lejos está de considerarse una reunión de trabajo. Sin embargo, el escarnio público al que se someten los altos directivos en esas reuniones, en lugar de instarlos a no reiterar el mal ejemplo del jefe, se mimetizan y trasladan los maltratos de su agresor moral descendiendo por la cadena de rangos hasta llegar al cadete de envíos, el maltrato laboral en Coto es tan habitual que otro flagelo de la firma, como la xenofobia –el odio al trabajador extranjero- es simplemente una cargada y el despido de trabajadoras embarazadas apenas un dolor de muela de leche. “Eso es Coto” dice un carnicero de la sucursal de tribunales. Con el paso del tiempo y con el éxito empresario, don Alfredo incorporó métodos innovadores en la industria del "mobbing" para controlar a su personal. Acciones que van desde el clásico apriete a los trabajadores, tarea encomendada a mano de obra desocupada en la lectura del convenio colectivo, que operan en los lugares de trabajo bajo la figura de delegados gremiales, hasta la invasión de la privacidad del personal, que incluye pispeadas en las redes sociales, recomendaciones sobre ciertas amistades que se aceptan y el contenido de lo que los trabajadores publican sobre lo que sucede puertas adentros de la empresa. En la actualidad, Coto tiene alrededor de 20 mil trabajadores, más de la mitad son mujeres. Son las que cada año deben lidiar con medidas injustas, aunque se le garantiza que pueden llamar al 0800 de doña Gloria, la esposa de Don Alfredo, “Aunque llames, nada cambia, Coto es así” repiten sus empleados.

http://empleadosdecomerciocta.blogspot.com.ar/

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